El Dr. David Martínez Ramos, de Castellón, te lo explica con palabras sencillas.
La palabra cáncer se utiliza cada vez con mayor frecuencia a nuestro alrededor. Lamentablemente, todos tenemos algún familiar o conocido que ha sido diagnosticado de cáncer, de uno u otro tipo. Pero muchas veces, en la consulta, o cuando informo a los pacientes o familiares sobre problemas relacionados con el cáncer, compruebo que existe cierto desconocimiento de lo que significa exactamente un cáncer. Por ello, creo que vale la pena detenerse unos instantes, sin entrar en grandes disquisiciones que quedan fuera de nuestro alcance ahora mismo, en lo que es realmente el cáncer.
Para entender qué es un cáncer, debemos irnos a la base del problema, es decir, a la célula. De este modo, la célula es, por definición, la unidad morfológica y funcional de todo ser vivo. Dicho de otra manera, la célula es la expresión más pequeña de vida. Por tanto, podemos decir que todo nuestro cuerpo está compuesto de células y que cada uno de nuestros órganos (el hígado, la vesícula biliar, el estómago, los intestinos, etc.) están formados por células. Además, cada una de estas células tiene una función y una forma diferente, según cuál tenga que ser su actividad. Por ejemplo, las células del hígado tienen una forma hexagonal muy concreta, mientras que las células de los músculos son alargadas. Otras células tendrán, consecuentemente, otras formas y características propias.
Siguiendo con este desarrollo, todas las células, como organismos vivos, tienen su propio ciclo vital. Es decir, las células nacen, crecen, se reproducen y mueren. Y es aquí, en este proceso de vida celular, cuando puede aparecer un cáncer. Así, en el momento en el que en una de estas células, por cualquier motivo (normalmente genético) se pierde el control, la célula crece y se reproduce, pero no se muere cuando se tendría que morir. Es entonces cuando se produce un crecimiento excesivo y descontrolado de células con unas características invasoras específicas, que es lo que conocemos como cáncer.
Por estos motivos, cada parte del cuerpo podrá tener un tipo de cáncer, en función del tipo de célula del que deriva. Consecuentemente, cada cáncer será diferente. Por ejemplo, el cáncer de mama deriva de las células que forman la mama, el cáncer de huesos deriva de las células que forman el hueso, etc.
Hoy en día, se ha avanzado mucho en el tratamiento de muchos cánceres y se consiguen supervivencias a muchos años, considerándose que en el siglo XXI la gente puede curarse del cáncer. No obstante, hay que ser conscientes de que todavía queda mucho camino por recorrer y, como cirujano, tengo que decir que todavía seguimos avanzando para optimizar los tratamientos y poder ofrecer a nuestros pacientes las mejores garantías y resultados.
David Martínez Ramos
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