¿Quién ha dicho que los quirófanos son un lugar frío donde no puede surgir el amor?
En tiempos de William Halsted, allá por principios del siglo XX, el amor revolucionó la cirugía.
William Halsted es considerado como uno de los padres de la cirugía moderna y sus técnicas han sido transmitidas durante generaciones entre los cirujanos. Lo que poca gente sabe es que fue precisamente William Halsted el que inventó también los guantes quirúrgicos que todavía hoy utilizamos para la mayoría de exploraciones y procedimientos. Y todo se lo debemos al amor…
Resulta que la ayudante en el quirófano de Halsted era la enfermera Carolina Hampton, su amada y que después se convertiría su esposa. Carolina desarrolló una dermatitis en las manos debido a los líquidos que utilizaban para lavarse antes de las operaciones. Halsted, enamorado de ella y como no podía ser de otra manera, buscó una solución al problema. Encargó a la empresa de neumáticos y cauchos Goodyear que fabricase unos guantes de goma pero que fueran lo suficientemente finos para realizar un trabajo preciso.
Más adelante, se comprobó también que, a parte de proteger a los sanitarios, los guantes también protegían a los pacientes puesto que disminuían las infecciones.
Como curiosidad, la serie de televisión “The Knick” (de la que hemos tomado el fotograma) está inspirada en la vida de William Halsted, un gran cirujano y científico que, gracias al amor, consiguió una nueva revolución en la cirugía.
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