El Dr. Manuel Laguna es Jefe Clínico del Servicio de Cirugía General del Hospital General de Castellón. Toda una vida dedicada a la cirugía y un referente nacional en la especialidad.
Dr. Laguna, usted se formó como cirujano en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. ¿Cómo fueron esos primeros años de contacto con la cirugía?
Conocía el mundo de la cirugía porque ya había sido alumno interno de cirugía en la facultad y el Hospital Clínico Universitario de Valladolid. Así que mi elección de la especialidad no fue casual porque ya la conocía. Elegí el Hospital Ramón y Cajal porque en aquella época estaba considerado como uno de los mejores hospitales de España para formarse en esta especialidad. Personalmente, habría sido más fácil quedarme en Burgos, mi tierra, pero escogí el Ramón y Cajal pensando en mi formación y desarrollo profesional. Y, la verdad, es que nunca me he arrepentido. Fueron cinco años de trabajo y estudio intensos pero también de diversión y nuevas amistades que todavía conservo. La seguridad quirúrgica y la correcta formación en la especialidad me ayudaron mucho en mis primeros años de especialista joven en Castellón.
Después se vino a Castellón, ¿Qué nos puede contar de esa época? ¿Fueron inicios difíciles?
Mi llegada a Castellón fue por casualidad. Nunca habría pensado irme tan lejos de mis orígenes pero uno de mis adjuntos en el Ramón y Cajal, el Dr. Salvador, consiguió la plaza de jefe de servicio en Castellón por lo que cuando acabé la especialidad me llamó y me convenció para venir aquí. La verdad es los inicios no fueron fáciles. En lo personal, con 32 años resulta difícil rehacerse una vida social sin conocer prácticamente a nadie. En lo profesional también cuesta hacerte un hueco en un hospital y un servicio en el que nadie te conoce. Pero bueno, al final todo se fue sedimentando y llevo aquí 28 años totalmente integrado y feliz: me casé aquí, mi mujer y mis hijos son de Castellón, tengo muchos amigos y disfruto mucho de esta mi segunda patria. Y el Mediterráneo me tiene enamorado.
Ha sido pionero e impulsor de múltiples tratamientos y técnicas quirúrgicas durante su estancia en este centro. ¿Qué destacaría en todos estos años?
Mi llegada a Castellón coincidió con el inicio en España de la cirugía laparoscópica. La primera colecistectomía laparoscópica en nuestro país se realizó en el año 90 o 91 y yo llegué aquí en Enero del 93. Mi desarrollo profesional ha ido en paralelo con el desarrollo de la laparoscopia que, sin duda, ha revolucionado la cirugía en estos años y ha supuesto el mayor avance quirúrgico que yo he vivido. También cuando llegué comenzamos a realizar técnicas nuevas que entonces estaban en desarrollo tales como la cirugía esterotáxica y oncoplástica de la mama, la cirugía mini-invasiva cervical, la toracoscopia, la cirugía de la hiperhidrosis, etc.
Actualmente tiene una mayor dedicación al ámbito de la cirugía endocrina, bariátrica y metabólica ¿qué es lo que más le gusta de esta rama de la cirugía?
Desde siempre la cirugía endocrina es una de las partes de nuestra especialidad que más me ha gustado y llevo dedicado a ella desde mis inicios en Castellón. Es una cirugía muy limpia y muy anatómica y obliga al cirujano a tener amplios conocimientos no sólo de cirugía sino también de endocrinología. La cirugía bariátrico-metabólica ha supuesto un «boom» en tratamiento de los pacientes obesos a los que, realmente, conseguimos cambiarles la vida ya que curamos o corregimos tanto la obesidad como muchas enfermedades que se asocian a ella. Para un cirujano conseguir «curar» a un paciente es el mejor de los logros.
Sobre algunas cosas más concretas del tiroides ¿es lo mismo el bocio que el hipo o el hipertiroidismo? ¿cuándo se tendría que operar el tiroides?
Denominamos «bocio» a un crecimiento excesivo de la glándula tiroides, glándula encargada de producir las hormonas tiroideas que son absolutamente necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Cuando la glándula tiroidea funciona en exceso, es decir, produce más hormonas de lo normal, hablamos de «hipertiroidismo». Cuando ocurre lo contrario, es decir, produce menos hormonas de lo normal, hablamos de «hipotiroidismo». El crecimiento anormal de la glándula, el bocio, puede asociarse a hipertiroidismo, a hipotiroidismo o a una función tiroidea normal. Un tiroides se debe operar cuando existe una sospecha fundada de que presente un cáncer, cuando funciona más de la cuenta y los tratamientos médicos no funcionan o cuando su crecimiento excesivo provoca síntomas locales por compresión (dificultad al tragar, hablar o respirar).
Respecto al tema de la cirugía metabólica y de la obesidad ¿Hacia dónde cree que nos dirigimos?
Probablemente en un futuro se desarrolle algún tratamiento no quirúrgico que pueda curar la obesidad, pero en este momento no lo hay. Hoy en día la única opción terapéutica que existe para curar la obesidad es la cirugía. La tendencia de este tipo de cirugía es que cada vez se realice con menor agresión, una mayor seguridad y una reincorporación a la vida normal cada vez más rápida. Y esta es la tendencia que va a seguir. Probablemente es posible que en los próximos años se desarrolle alguna técnica quirúrgica nueva y asistiremos, sin duda, al desarrollo de la cirugía robótica y cada vez más dependiente de la tecnología.
¿Quiere hacer algún otro comentario?
Simplemente daros las gracias por vuestra deferencia hacia mi persona y mi especialidad y ponerme a vuestra disposición para cuanto preciséis. Muchas gracias por todo.
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