Tras superar el MIR, elegí Angiología y Cirugía Vascular por ser una de las especialidades más completas y apasionantes. Es una especialidad médico-quirúrgica que integra actividades clínicas, diagnósticas, terapéuticas, preventivas y de investigación, que suponen un constante reto profesional.
Mi especialidad me permite ayudar a un gran número de pacientes. Hasta el 10% de la población sufre patologías arteriales y hasta el 80% de la población sufre algún desorden venoso crónico a lo largo de su vida. Los cirujanos vasculares salvamos vidas y mejoramos la calidad de vida de los pacientes, manteniendo un contacto personal y directo con ellos que resulta muy enriquecedor.
En el ámbito de la estética, los cirujanos vasculares podemos ayudar a hombres y mujeres con problemas como las varículas o arañas vasculares, consiguiendo mejoras estéticas rápidas y espectaculares y controlando además la evolución de los desórdenes venosos. La intervención de varices es otra de las operaciones más agradecidas por los pacientes, ya que no sólo mejora la estética y calidad de vida, sino que también previene problemas graves en el futuro como las úlceras crónicas.