
En el video de hoy, abordaremos un tema muy interesante y relevante para aquellos que buscan soluciones para la pérdida de cabello: ¿Eres un buen candidato para un injerto capilar?
Si has notado una disminución significativa en tu densidad capilar y estás considerando esta opción, este video es para ti.
Discutiremos los factores clave que determinan si eres un buen candidato para un injerto capilar, desde la salud de tu cuero cabelludo hasta tus expectativas realistas. ¡Así que no te lo pierdas y descubre si el injerto capilar es la solución adecuada para ti!
La historia de Álvaro
Álvaro tiene 34 años. Empezó a perder pelo en la cabeza bastante jovencito. Con unos 23 años ya empezó a notar que el pelo le clareaba en la parte de arriba.
Ha probado con varios champús de la farmacia y también ha tomado varios complejos vitamínicos, pero los resultados han sido pobres.
Ha llevado varios tratamientos, pero no ha podido ser constante: empezó con minoxidil tópico y con finasteride en pastillas, pero unos días se le olvidaba, otras veces le ensuciaba el pelo y otras veces no le venía bien.
Pero el caso es que no llevó nunca el tratamiento adecuado.
Actualmente, podríamos decir que Álvaro se encuentra en un estadio 4 de la clasificación de Hamilton Norwood.
Es decir, le falta pelo en la zona de la coronilla y tiene unas entradas marcadas, aunque estas dos zonas están separadas claramente por una banda de pelo.
Hace unos días, Álvaro vino a la consulta con su pareja y nos consultó si el injerto capilar podría ser una buena opción en su caso.
Afortunadamente, el caso de Álvaro sí que era favorable para el injerto capilar, pero no siempre es así.
Por lo tanto, hoy vamos a hablar precisamente de eso, de cuándo es recomendable plantearse un trasplante capilar para tratar un problema de alopecia y de cuándo es mejor evitarlo.
¿Cuándo puede hacerse un injerto capilar?
De manera general, podríamos decir que se puede plantear un injerto capilar para alopecia androgenética a partir de los 18 años y quizá hasta los 75 años.
De este modo, un buen candidato para un injerto capilar es alguien que tiene una pérdida de cabello permanente o bien un adelgazamiento significativo en áreas específicas del cuero cabelludo.
Es decir, o bien que se le ha caído el pelo o bien que el pelo que tiene es finito y no le cubre suficientemente.
Algunos ejemplos de candidatos ideales pueden ser:
1.- Hombres o mujeres con un patrón de alopecia androgenética, también llamada calvicie común.
2.- Personas que han perdido el cabello por lesiones, del tipo cicatrices o quemaduras sobre las que ya no crece el pelo.
3.- También se puede considerar el injerto como una buena opción en aquellas personas que tienen áreas con cabello escaso o un retroceso en la línea del cabello, en las entradas o la coronilla.
4.- O, simplemente, se puede plantear el injerto en personas que desean mejorar su densidad capilar y recuperar una apariencia más juvenil.
Por lo tanto, como ves, el injerto puede ser una buena opción en diferentes situaciones. Sin embargo, hay otras circunstancias que van a hacer desaconsejable realizarlo. Así que vamos a analizarlo con detenimiento.
Para entender bien porqué hay gente que se puede beneficiar de un injerto capilar y gente que no se va a beneficiar de ello, lo primero que tenemos que entender es en qué consiste un injerto capilar.
¿Qué es un injerto capilar?
Un injerto capilar, a día de hoy, es la transferencia de pelo de una zona a otra de la piel, pero siempre de la misma persona.
La zona de la que más frecuentemente se extrae el pelo es la zona occipital, es decir, la zona de detrás de la cabeza. Entre la coronilla y la nuca.
Por tanto, para hacer un injerto capilar, lo que hacemos es quitar el pelo que tenemos en una parte de la cabeza y llevarlo a otra donde haya menos cantidad.
Es decir, quitamos el pelo de un sitio y lo ponemos en otro.
Es muy importante destacar que no tenemos la posibilidad de crear pelo nuevo y el pelo que quitamos no se vuelve a regenerar. Es decir, se quita y no vuelve a salir en la zona en la que se ha quitado.
Es verdad que existe un medicamento, llamado verteporfin que podría llegar a regenerar el pelo que se ha perdido y del que ya hemos hablado previamente en el canal, pero esto todavía está en investigación y no podemos considerarlo como el estándar en el momento de grabar este vídeo.
Además, tampoco disponemos de la posibilidad de hacer injerto de pelo de una persona a otra y el injerto de pelo artificial tampoco mejora los resultados del autotrasplante.
Por lo tanto, como idea general podemos decir que para hacer un trasplante capilar, sacaremos el pelo de la parte posterior de la cabeza para ponerlo en la parte de delante pero este pelo no se va a regenerar posteriormente.
La importancia de la zona donante en el injerto capilar
Pues es importante porque nos lleva a un concepto fundamental para entender si eres buen candidato a un injerto capilar y es la zona donante de la que dispones.
Como hemos dicho, la zona donante para el injerto capilar es la zona posterior de la cabeza. Esto es así porque este pelo de la parte de la cabeza no tiene la predisposición genética a la caída que tiene el resto del pelo de la cabeza.
Si te has fijado, las personas que han pedido la mayoría del pelo de la cabeza no pierden el pelo en la parte posterior. Lo que se conoce vulgarmente como el rodapié de la cabeza.
Hay gente que tiene muy buen zona donante, pero hay personas que no disponen de una buena zona donante.
Una buena zona donante es aquella que tiene pelos fuertes, que presenta una buena densidad y que tiene, además, una superficie lo suficientemente grande.
Sin embargo, hay gente que, lamentablemente, no tiene una zona donante adecuada para poder llevar a cabo el injerto.
¿Cuándo no es adecuada la zona donante para un trasplante capilar?
Si la zona donante tiene el pelo débil o miniaturizado, por ejemplo, en una alopecia difusa, el injerto capilar va a ser mucho menos favorable.
Otro motivo que hace que la zona donante no sea adecuada es cuando ésta es muy estrecha.
Si tenemos una zona estrecha de pelo, es muy poco probable que podamos obtener el número de pelos suficiente para cubrir el resto de la cabeza.
Las características del pelo también pueden hacer desaconsejable el injerto capilar. Por ejemplo, un pelo muy finito o más blanco nos va a dar una cobertura más pobre cuando lo injertemos en la parte de delante, por lo que deberá tenerse también en cuenta.
Por último, si la densidad de pelo en la zona donante no es adecuada, es decir, si hay pocas unidades foliculares por centímetro cuadrado, tampoco se debería plantear el injerto.
Si la densidad es baja, cuando hagamos la extracción se notarán demasiado los huecos y estéticamente va a quedar mal.
Por lo tanto, uno de los principales factores que van a determinar la posibilidad de hacer un injerto capilar va a ser la zona donante de la que disponemos.
Es por esto que, en los anuncios de clínicas capilares en los que dicen “injerto sin limite de folículos”, sí hay límite, y viene dado por las características del propio paciente.
Esto es muy fácil de entender si vemos la clasificación de Hamilton Norwood para la alopecia.
En esta clasificación vemos que hay diferentes estadios de alopecia. Desde estadios muy precoces, en los que a penas se nota la pérdida del cabello hasta estadios finales muy avanzados donde se ha perdido prácticamente todo el pelo y únicamente se mantiene en la parte posterior.
Evidentemente, una persona que tenga una alopecia en estadio 3 o 4 de esta clasificación será un buen candidato al injerto, pero no lo serían los extremos de la clasificación.
No sería un buen candidato, por ejemplo, una persona que está empezando ahora con la alopecia y está en un estadio 1 o 2.
Del mismo modo, una persona en estadio 6 o 7 sería un mal candidato para la cirugía.
Entre medias, los estadios 3, 4 y 5 serían los mejores candidatos a la operación ya que tienen unas regiones evidentemente inestéticas por despobladas pero que tienen una zona donante los suficientemente grande para obtener buenos resultados.
Por lo tanto, como idea general de lo que llevamos del vídeo: el principal factor para saber si eres candidato a injerto capilar o no va a ser la zona donante de la que disponemos, si es apta o no es apta para la superficie que tenemos que cubrir.
Pero hay más factores, que tenemos que ver también.
¿Existe una edad mínima para plantearse un injerto capilar?
Un tema que nos pregunta mucha gente es si la edad es un factor a considerar en el momento de plantear un trasplante capilar y la respuesta es que, evidentemente, sí. La edad es un factor muy importante.
Es verdad que no existe una contraindicación absoluta para el injerto capilar en edades más tempranas pero en general, los cirujanos capilares siempre preferimos esperar a que la alopecia esté estabilizada. No nos gusta hacer las cosas deprisa y corriendo.
Si hacemos un injerto cuando el paciente es muy joven y empieza a tener problemas de alopecia, pongamos con 16 o 18 años, posiblemente la zona de esa futura alopecia todavía no esté bien definida y los resultados pueden ser más pobres.
Además, si utilizamos el pelo de la parte donante tan pronto, es decir, si esquilmamos la zona donante, ya perdemos la oportunidad de utilizar todos estos pelos para el futuro. Y ya hemos dicho muchas veces que cada pelo es muy valioso.
No existe una edad límite para el injerto capilar pero, en general, se recomienda esperar hasta a los 25 años. No obstante, como hemos dicho, hay que individualizar mucho las indicaciones en casos particulares.
Y algo parecido nos pasa también en el caso de edades más elevadas, es decir, en gente más mayor.
En muchas ocasiones se plantea el injerto capilar con 50 o 60 años y no es ninguna locura plantearlo. No obstante, hay que saber que, de manera general, en estas circunstancias el cabello no va a tener las mismas condiciones que cuando somos más jóvenes.
Por lo tanto, nuevamente, hay que valorar cada caso de manera individual para saber si sí o si no.
Y una vez vista la importancia de la zona donante y la importancia de la edad en el injerto, vamos a pasar al tercer punto, que creemos que es fundamental y que muchas veces puede llevar a resultados desastrosos.
¿Existe alguna enfermedad que contraindique o haga recomendable evitar el injerto capilar?
Estamos hablando de la presencia de alguna enfermedad bien del cuero cabelludo o bien sistémica que pueda afectar secundariamente al cuero cabelludo.
Por ejemplo, la alopecia areata es una enfermedad autoinmune en la que nuestro sistema de defensa ataca a nuestro propio pelo, ocasionando su caída.
Si planteamos hacer un injerto capilar y existe una alopecia areata, tenemos elevadas probabilidades de que el pelo sea atacado por el sistema inmune y acabe cayendo también.
Si tenemos alguna enfermedad del tiroides, por ejemplo, también puede afectarse el cabello y puede afectarse el resultado de un injerto capilar.
Esto son solo algunos ejemplos de enfermedades que pueden afectar a los resultados de un injerto capilar, pero hay muchos más: el liquen plano pilar, la alopecia frontal fibrosante, la dermatitis seborreica, el lupus eritematoso sistémico, entre otras muchas.
Por este motivo, siempre insistimos en la necesidad de que sea un médico el que valore cada caso.
Una mala indicación de un injerto capilar es la crónica de un fracaso anunciado, por lo que hay que evitarlo a toda costa.
Resumen sobre injerto capilar
Para valorar si te estás planteando hacerte un injerto capilar, te recomendamos que acudas a tu médico para hacer una valoración y analizar si realmente eres un buen candidato para el trasplante.
Hay que valorar la zona donante, las características particulares de cada persona y descartar que tengamos alguna otra causa de caída del cabello.
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