La cirugía es uno de los tratamientos más efectivos para el cáncer de piel no melanoma. Este tipo de cáncer es el más común en todo el mundo y se produce principalmente en la piel expuesta al sol. La cirugía puede ser la opción adecuada para tratar el cáncer de piel no melanoma en muchos casos.
El cáncer de piel no melanoma incluye principalmente dos tipos de cáncer: el carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas. Ambos tipos de cáncer pueden ser tratados mediante la cirugía.
La cirugía se realiza bajo anestesia local y el procedimiento en sí puede durar desde unos pocos minutos hasta una hora, dependiendo del tamaño y la ubicación del cáncer. El cirujano corta el cáncer de piel no melanoma y también extirpa un margen de piel normal circundante para asegurarse de que todo el cáncer se haya eliminado.
Después de la cirugía, la herida se cierra con suturas y se aplica un apósito. Se puede sentir dolor y molestias después de la cirugía, pero el dolor generalmente se controla con analgésicos.
La mayoría de las personas pueden regresar a sus actividades normales dentro de una semana después de la cirugía. Es importante evitar la exposición al sol y seguir las instrucciones del médico sobre cómo cuidar la herida y prevenir infecciones.
La cirugía para el cáncer de piel no melanoma generalmente tiene una alta tasa de éxito, y se espera que la mayoría de las personas se curen por completo después del tratamiento. Sin embargo, es importante seguir las recomendaciones del médico y asistir a las visitas de seguimiento para detectar cualquier recurrencia o nuevo cáncer.