Si ya hablamos del Botox (ver noticia previa), no podemos en un blog dedicado a la Medicina Estética, dejar de hablar de los rellenos faciales con ácido hialurónico.
¿Qué os puedo contar yo, que me declaro una enamorada de esta sustancia?
A menudo escuchamos comentarios de la gente que se niega a ponerse un relleno por miedo a quedar como ha quedado aquella presentadora de televisión, o la otra compañera del trabajo, con mejillas de muñeca, bocas exageradas o resultados antinaturales.
Son miedos justificados, fruto del desconocimiento del trabajo que realizamos los médicos estéticos, perfectamente normales, pero que trataremos de disipar en unas cuantas líneas.
El acido hialurónico es una sustancia que se encuentra de manera natural en nuestro organismo, formando parte de numerosos tejidos como los cartílagos o la propia piel. A medida que nos vamos haciendo mayores, la presencia de esta sustancia va disminuyendo considerablemente, al igual que la capacidad del cuerpo para regenerarla adecuadamente. A partir de los 35 años la forma de nuestro rostro comienza a cambiar como consecuencia, entre otros, del descenso de nuestro capital hialurónico, provocando la pérdida de volumen y de firmeza y la aparición de arrugas, y por lo tanto el envejecimiento.
Comenzó a usarse como un tratamiento en estética en la década de los 90, para devolver a la piel su volumen inicial, rellenar arrugas e hidratar en profundidad, mejorando también tersura y luminosidad.
Se aplica mediante inyección. La cantidad y la mano del especialista, influyen en el resultado final, pero resulta muy moldeable y, correctamente utilizado, los resultados son buenos e inmediatos, con efectos secundarios mínimos (en general algún moratón), permitiendo reincorporarse a la vida normal en el mismo momento.
Dependiendo del tipo que se emplee, permanecerá en el organismo entre 15 días y 1 año, pero desaparecerá. Y por si fuera poco, puede ser eliminado con una sustancia específica.
Para finalizar, aclarar que el ácido hialurónico rellena e hidrata arrugas fijas, mientras que el botox atenúa las arrugas de los músculos que nos dan la expresión.
En resumen, es un gran producto, muy seguro y poco doloroso. ¿Como podría no encantarnos?